En los últimos 20 años, América latina ha visto un incremento en inversiones en puertos como consecuencia de cambios institucionales importantes.
Estas inversiones han cambiado la disponibilidad y calidad de los servicios portuarios, especialmente en el campo de los puertos de contenedores. Lo que es más, América latina ha sido sujeto de iniciativas greenfield (que parten de cero) o brownfield (que parten de instalaciones preexistentes) tales como las de Lázaro Cárdenas, El Callao, Moín o Cartagena de India.
Además, en América latina algunos puertos importantes no tienen acceso directo al océano, el acceso acuático al puerto es a través de canales, lo que implica trabajos de dragado constantes y -en particular- fuertes limitaciones para embarcaciones mayores.
Agravamiento
En 1992 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) definió claramente la función de los puertos:
Planificación del tráfico
- Almacenamiento
- Procedimientos relacionados con recepción y despacho
- Operación de la embarcación
- Operaciones en el muelle
Muchos puertos en América latina siguen teniendo un diseño acorde a esa vieja y básica definición. Sin embargo, 25 años es un largo tiempo para los puertos.
Actualmente la realidad es totalmente diferente.
Las ciudades son más grandes y están congestionadas, y los puertos tienen nuevas funciones, lo que les dará un nuevo giro.
Nuevas definiciones
Un puerto de contenedores actualmente se define de modo diferente.
En efecto, los puertos debe convertirse en nodo de la cadena logística completa. Esto plantea nuevos desafíos de gobernanza para las autoridades portuarias y el transporte en general, dado que se busca que los puertos provean servicios más especializados y se integren en cadenas logísticas complejas dentro de las economías.
Por este motivo, una tendencia actual de los puertos marítimos es combinar las operaciones en sus instalaciones propias junto a los muelles con otras ubicadas dentro del territorio al que se sirven.
Esto es debido a la convergencia de varios factores: el incremento del precio de la tierra en las áreas que rodean puertos antiguos, hay necesidad de operaciones de distribución propias en puntos estratégicos, se necesita extender el ciclo vital de estos puertos y es necesario establecer portales extendidos en el interior del territorio, entre otros motivos.
En este sentido, el concepto de Port Centric Logistics (PCL) se vuelve crucial (ver aparte).
Superar los desafíos
Por tanto, los viejos puertos de América latina deben superar los desafíos que plantean los diseños tradicionales.
Estas reflexiones constituyen un llamado en el sentido de que es necesario mejorar la logística y la integración con el territorio en todo el hinterland. Este último es la zona de atracción económica de un puerto que representa un vínculo físico y funcional entre redes de logística, transporte y distribución.
Tal integración requiere inversiones continuas en instalaciones portuarias y sus conexiones. También presenta desafíos de coordinación y manejo de interesados tanto del sector público como el privado. En este caso no se considera como “crecimiento” sino más bien como una verdadera “transformación estructural”.
Se requiere un nuevo diseño en esos puertos anticuados para adaptarlos a las necesidades de los clientes y de la economía, así como que estén ubicados lógica y físicamente cerca de los mercados: sus centros de producción, consumo y distribución.
En muchos casos en el mundo la relocalización de puertos es una tendencia actual que se fortalecerá en el futuro.
Relocalización
La relocalización de los viejos puertos permite regenerar el ciclo de vida del puerto. Ocurre cuando se alcanzan los límites de racionalización, inversión o acceso.
Lo que es más, aparece cuando se generan demasiadas externalidades sobre el medio ambiente, tales como caminos, ferrocarriles e infraestructura congestionados.
También cuando el manejo de crecientes volúmenes o demanda de transporte en aumento se vuelve difícil. Esto lleva a muchos puertos al llamado proceso de división de localización o relocalización de instalaciones portuarias.
Casos de todo el mundo, tales como el London Gateway, las terminales de contenedores de Barcelona, Rotterdam o Jebel Ali, son ejemplo de tales procesos.
Dado que el futuro es incierto, la industria debe estar preparada para enfrentar distintos escenarios.
Para apoyar debidamente el cambio, el desarrollo y la innovación deben ser prioridad.
En concordancia con ello, la integración es también un factor de éxito dentro del marco de la innovación.
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